Guía de Estudio Bíblico - Escuela Sabática - IASD

Profundizando el Estudio de la Palabra de Dios

El Camino Angosto

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domingo, 11 de abril de 2021

Domingo, 11 de abril - Cap.3 (parte 2/6) - 2°Trim: La Promesa: El Pacto Eterno de Dios - Año: 2021


 

Libro Complementario - Capítulo 3

El diluvio, el pacto, y el futuro de la humanidad (2/6)

El origen, las consecuencias y la propagación del pecado

     La Biblia revela que el pecado ya había invadido el universo antes de la caída de Adán y Eva. Este poder satánico preexistente se manifestó a través de la serpiente en el Jardín del Edén y sedujo al primer hombre y a la primera mujer a pecar. Génesis 3 desarrolla la trágica historia. «La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría» (Génesis 3: 6, NVI). El pecado no comenzó con

lujuria física o sensual; ni siquiera con lujuria visual. Esta clase de concepto de su entrada en este mundo no logra captar la genialidad del asalto de Satanás y del engaño con el que atrapó a Eva. Satanás dirigió su ataque contra la integridad y la confianza en Dios (versículo 4) y sedujo a Eva asegurándole que ella podía llegar a conocer el bien y el mal como Dios (versículo 5). «Ser como Dios» significa no tener más necesidad de Dios. El problema del pecado en el huerto del Edén fue que Eva le dio a Satanás el lugar que solo le pertenece a Dios; y Adán, a su vez, le dio ese lugar a Eva. La transgresión de Adán y Eva representó un repudio a la autoridad de Dios y poner en tela de juicio su bondad y sabiduría, así como rechazar su justicia y dejar de confiar en él.

     Como consecuencia del pecado, la actitud del hombre hacia Dios cambió. Ahora, en lugar de disfrutar de su comunión, Adán y Eva «se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto» (Génesis 3: 8). También cubrieron sus cuerpos. Temían ahora encontrarse  con su Señor. Tanto la vergüenza como el miedo dominaron su experiencia, lo que indica que se había producido una interrupción en su relación con Dios.

     Otra consecuencia del pecado se manifestó en la actitud de los humanos hacia los demás. Adán y Eva, ahora en un estado de temor y vergüenza, comenzaron a alejarse el uno del otro (véase el versículo 12).

     El pecado afectó a toda la raza cuando la muerte entró en el mundo. Dios le había dicho a la primera pareja que si comían del fruto del árbol, seguramente morirían (Génesis 2: 17). La muerte, a fin de cuentas, significa separación final de Dios. Eso fue lo que significó el primer pecado de Adán para toda la raza humana (Romanos 5: 12, 14–19; 1 Corintios 15: 22).

     El pecado trajo consecuencias que también se extendieron al mundo físico. Dios dijo, por ejemplo: «Maldita será la tierra por tu causa» (Génesis 3: 17; comparar con Romanos 8: 22). Toda la creación sufrió las repercusiones del pecado.

     Desde Génesis 4 hasta Génesis 6: 5, se despliega delante de nosotros el cuadro de la expansión y el crecimiento del mal. El pecado destruye como una avalancha. Produce un abismo cada vez mayor entre Dios y los seres humanos. Pasa de la desobediencia (Génesis 3: 1–7) y el asesinato (Génesis 4:8) al asesinato desalmado y la lujuria desenfrenada (versículos 23, 24) y luego a la corrupción y la violencia total (Génesis
6: 1–12).

     Por lo tanto, cuando Dios dice sobre los días de Noé que «todo designio de los pensamientos de su corazón [del hombre] solo era de continuo al mal» (Génesis 6: 5), está haciendo una evaluación completa. La palabra designio (del hebreo yeser) significa «pensamientos», «propósitos» o «intenciones». La palabra «corazón» alude a la sede del pensamiento y el razonamiento y por lo general se refiere a la mente con todas sus facultades. Qué evaluación tan increíble: ¡Todos los propósitos, intenciones y designios tanto de hombres y mujeres eran perversos continuamente! intenciones y designios tanto de hombres y mujeres eran perversos continuamente!