Notas de EGW - Miércoles, 28 de abril
Una Nación Grande y Fuerte...
Con frecuencia los israelitas
parecían no poder o no querer comprender el propósito de Dios en favor de los
paganos. Sin embargo, este propósito era lo que había hecho de ellos un pueblo
separado, y los había establecido como nación independiente entre los pueblos
de la tierra. Abraham, su padre, a quien se diera por primera vez la promesa
del pacto, había sido llamado a salir de su parentela hacia regiones lejanas,
para que pudiese comunicar la luz a los paganos. Aunque la promesa que le fuera
hecha incluía una posteridad tan numerosa como la arena del mar, no eran
motivos egoístas los que iban a impulsarle como fundador de una gran nación en
la tierra de Canaán. El pacto que Dios hiciera con él abarcaba todas las
naciones de la tierra. Jehová declaró: "Bendecirte he, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición: y bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra". Génesis 12:2, 3 (Profetas y Reyes, pp. 272, 273).
Dios dio a Abraham una vislumbre
de esta herencia inmortal, y con esta esperanza, él se conformó. "Por fe
habitó en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en cabañas con
Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa: porque esperaba ciudad
con fundamentos, el artífice y hacedor de la cual es Dios". Hebreos 11:9,
10.
De la descendencia de Abraham dice la Escritura: "Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra". Tenemos que vivir aquí como "peregrinos y advenedizos", si deseamos la patria "mejor, es a saber, la celestial". Los que son hijos de Abraham desearán la ciudad que él buscaba, "el artífice y hacedor de la cual es Dios". Vers. 13, 16 (Historia de los Patriarcas y Profetas, p. 167).
Los cristianos han de estar en el mundo como "nación santa,
pueblo adquirido para posesión de Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" l Pedro 2:9. Esta
luz no ha de opacarse, sino que alumbrará con más claridad hasta que el día sea
perfecto. Los portaestandartes de Cristo nunca estarán fuera de servicio. Tienen un adversario que espera y vela para apoderarse del
baluarte. Algunos de los que profesan ser guardas de Cristo han convidado al
enemigo a sus fortificaciones, se han asociado con él y en sus esfuerzos por
complacer, han derribado la distinción entre los hijos de Dios y los hijos de
Satanás...
La emocionante verdad que ha estado sonando en nuestros oídos por muchos años, "el Señor está cerca; estad preparados", no es menos cierta hoy que cuando primero oímos el mensaje (Testimonios para la iglesia, t.5, pp.13, 14).